Como un reloj atrasado...

¿Qué es del amor oportuno,
de las lagrimas aún no caidas,
del pernoctar del tuno?

Una sombra en la mirada
como velo inesperado
que a la sonrisa acompaña.

Dime, maîtresse, pequeña,
¿por qué tus lagrimas mojan,
quemando, tu piel de seda?

Que caminen de la mano
el amor y el miedo
no es el engaño.

¿Que es lo que temes,
que esperas de mi
para que receles?

No soy menos de lo que crees
ni mas que lo que hay
pero aun no se que ves.

Sapere aude

Vente conmigo, sígueme;
acompáñame en esta senda
de tinieblas, frío y dolor:
no tengas miedo, yo te guío.

LLóraras, sufrirás,
pediras clemencia,
querras volver, no hay vuelta,
detras no hay camino.

Tú, que bebias de mis palabras
y te emborrachabas en ellas;
tú, que elegiste mi paso
y abandonaste tu valle.

¿Ves como lo soportas?
Antes palidecias.
¿Ves como ya sientes?
Antes no vivias.

Locura

¡Locos...Locos estamos!
Para la locura vivimos,
con ella bailamos y reimos,
con ella cruzamos fronteras.

Ella es reposo y trabajo,
hastío, dolor, alegria y placer;
nuestro origen y nuestro fin,
nuestra guía y nuestra perdicion.

La amamos y odiamos
como ella a nosotros;
un puñal con dos filos
que nos acabara matando.

Recuerdale siempre que la quiero

Sombra de las noches en fuga,
ladrón del brillo de sus ojos,
llévala a los brazos de los que
ya se han ido; regálale descanso...

Reposo por el camino recorrido,
reposo por el dolor sufrido,
reposo por haberme querido,
reposo por su corazon roto...

Y cuando despunte el alba
y se aleje la noche,
se irá mi lamento y pesar
y comenzara mi luto.

Y cuando abatido expire,
tú, angel obscuro, me has de guiar
de vuelta sus brazos una vez mas;
espero que ella sepa perdonar.