Las lagrimas que queman la piel, esas lagrimas de fuego que brotan cuando la desesperacion, el miedo y la tristeza nos poseen,
casi nunca salen.
Es su calor el que limpia las impurezas de mi alma,
pero son demasiado preciadas y mis ojos las retienen;
y por eso sufro;
por que a veces siento nostalgia de ese calor,
tan parecido al que nace del cariño sincero.
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